En diálogo con El Tribuno descartó que su postulación sea “tardía” y desafió al cobismo a participar de una interna partidaria adelantada en abril. Fue, sin lugar a dudas, el personaje político de la semana. La confirmación de su precandidatura presidencial por la UCR modificó fuertemente el tablero de la dirigencia argentina de cara a las elecciones de octubre. “Una de las razones de mi lanzamiento es que las otras candidaturas (Ricardo Alfonsín y Julio Cobos) habían dejado un espacio de representación que yo estoy tratando de ocupar”, afirma el por ahora presidente de la Unión Cívica Radical, quien el 24 de enero se licenciará del cargo para hacer campaña. En diálogo con El Tribuno, Ernesto Sanz descartó que su postulación sea “tardía” y desafió al cobismo a participar de una interna partidaria adelantada en abril. “No entiendo porque dicen que le tenemos miedo al vicepresidente: si quiere ser presidente, primero debe tener el respaldo de sus correligionarios”, disparó.
Finalmente esta semana anunció su precandidatura presidencial por la UCR, ¿qué motivos lo ayudaron a decidirse?
Que tengo la convicción que la Argentina está ante una enorme oportunidad, que es la oportunidad de construir una nueva mayoría y un nuevo proyecto de país. Esto debe estar sustentado en pilares como una revolución educativa, un proyecto de seguridad ciudadana y orden democrático, un proyecto de desarrollo con inclusión para todos, un proyecto que contemple la recuperación del federalismo en la Argentina y una inserción del país en el mundo. Estos son algunos de los ejes de mi propuesta. Me parece que es necesario que, para sostener esas ideas, se haga desde un partido político como la Unión Cívica Radical y sus aliados. Dentro del Partido creo que puedo ser la expresión que congregue a mucha gente detrás de esa propuesta.
¿Qué cosas lo diferencian de Ricardo Alfonsín y Julio Cobos?
No soy yo quien debe decir eso, esa será una evaluación que hagan los electores. Yo puedo contar de donde vengo y quien soy. Tengo treinta años de militancia en el Partido y ocupé todos los cargos políticos; desde el más pequeño, presidente de la Juventud Radical de San Rafael, hasta la presidencia del Comité Nacional de la UCR. Ocupé cargos legislativos -presidente del bloque nacional en el Senado- y ejecutivos -intendente de su ciudad-. Tengo toda una trayectoria política y, en todo caso, esa puede ser una diferencia. Igual, cada uno tiene su propia trayectoria.
Su lanzamiento como candidato generó reacciones dentro de la UCR. El jefe de los diputados radicales, Ricardo Gil Lavedra, caratuló su postulación como “un poco tardía”...
La evaluación sobre si la candidatura es tardía o no la van a hacer quienes vayan a votar, primero a la interna del radicalismo y luego, si gano, en las generales de octubre. No creo en las evaluaciones de los dirigentes, creo en las evaluaciones que hacen los votantes.
Pero Alfonsín y Cobos hace mucho que ya están lanzados y eso puede ser una ventaja para ellos...
El hecho de que uno se lance después de otros no significa que esa candidatura sea tardía, en todo caso, lo mío ha tenido un tiempo de reflexión y maduración. Una de las razones de mi lanzamiento es justamente que las otras candidaturas habían dejado un espacio de representación que yo estoy tratando de ocupar.
¿Cuál es ese espacio de representación del que usted habla?
El programa de gobierno del que hablé anteriormente tiene un amplio margen de representación en el Partido a través de mi figura.
¿Que probabilidades reales de ganar la interna cree que tiene?
Todas, todas. Soy una opción diferente a ellos. Si los radicales que me conocen, que son muchos, evalúan la actitud de este programa mío y de mis condiciones personales, tengo todas las chances de ganar la interna.
Cobos tuvo el voto “no positivo” por las retenciones y Alfonsín el resurgimiento de su imagen tras la muerte de su padre. Usted, en cambio, no tuvo ningún hecho externo que le permita fortalecer su imagen, ¿es eso bueno o malo?
Todos los cargos que tuve en la política los logré sin la ayuda de ningún factor externo: con mi propia voluntad, mi pasión, mi convicción y mucho trabajo. A mi nadie me regaló nada ni en la vida partidaria ni en la de funcionario público. Incluso, cuando me tocó ser intendente goberné en los peores años, de 1999 a 2003. Que yo no tenga factores externos que me ayuden no me achica, me agranda. ... más ver fuente: El Tribuno
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